El embarazo es una etapa de muchos cambios para la mujer, no solo a nivel emocional sino también físicos y por supuesto, los pies también sufren cambios. Por eso, hoy te hablamos de cómo va a afectar el embarazo a tus pies para que estés prevenida.
En líneas generales la mayoría de las mujeres experimentan cambios en la forma de los pies, como aumento de volumen y cambios en la curvatura de los arcos. El aumento de peso durante el embarazo también puede incrementar la presión sobre los pies, lo que puede llevar a problemas como pérdida de sensibilidad, dolor e hinchazón. Además, durante el embarazo hay una mayor cantidad de hormonas en el cuerpo que pueden aumentar la sensibilidad al calor, lo que puede hacer que los pies se calienten y se hinchen con mayor facilidad.
¿Por qué crecen los pies durante el embarazo?
Un estudio publicado en la revista “American Journal of Physical Medicine and Rehabilitation” indica que en el 70% de los embarazos, los pies de las mujeres cambian volviéndose más anchos y largos. En los últimos meses del embarazo, los pies se inflaman como consecuencia de la retención de líquidos que se suele sufrir, y en algunos casos los pies no recuperan su tamaño original incluso después del embarazo. Este crecimiento del pie puede llegar a ser de entre 2 y 10 mm y como consecuencia podría aumentar la talla del calzado en una talla o media talla más.
Además, al aparecer diferentes hormonas debido al embarazo, los ligamentos y las conexiones óseas femeninas se vuelven más flexibles, lo que en ocasiones supone una disminución en la altura del arco del pie.
Así, tanto el aumento de peso como el incremento de algunas hormonas puede ocasionar cambios en los pies no solo durante el embarazo sino de forma definitiva para el resto de su vida.
¿Qué cuidados deben recibir los pies durante el embarazo?
- Realizar una higiene correcta diaria de los pies
- Mantenerlos hidratados con cremas y ponerlos en alto al final del día
- Pasear por la arena de la playa
- Evitar calzado inadecuado que provoque rozaduras o presione demasiado el pie
- Evitar el sedentarismo
- Evitar tiempos muy prolongados de estar de pie o sentada
- Realiza aquellos ejercicios que te sienten bien durante el embarazo
- Visitar al podólogo antes, durante y después del embarazo